domingo, 13 de junio de 2010

Resplandeciente Mirada


















El sol bajaba lentamente, hacia donde estaba la gente. Y ella sentada solitariamente, ejercía de mujer triste, poco sonriente. Un problema le aquejaba, era algún dolor, que supongo yo, del alma llegaba. Sus ojos cerrados lo demostraban, no quería seguir viendo la mentira que la rodeaba. Y prontamente se iluminaba, su rostro con el sol que a consolarla bajaba. Y su piel era acariciada, por el tibio rayo de sol que resplandecía en su cara. De repente, toda la marabunta de gente, se alejaba definitivamente. Y ella muy sola quedaba, con aquel sol, que la iluminaba. Con calma se acercaba, un muchacho de sonrisa extasiada, y a ella tiernamente la miraba, y con su mirada, la levantaba. Ella recién se percataba de la presencia de aquel muchacho, cuando este con su cuerpo tapó la luz que el sol le regalaba. Y ella con desprecio levantó, su bello rostro que ya no veía al sol, y a este muchacho miró, y en su rostro encontró, todo lo que ella buscaba, que con una mirada, terminó.

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