viernes, 21 de agosto de 2009

Sonrisa Agraciada














Ella sonreía agraciada por la suerte que hoy le tocaba. Ella reía como si nada, pensando en el mundo que acariciaba. Sus ojos para abajo miraban, intentando escaparle a una de las tantas miradas que tampoco decían nada, e intentaba esconder su sonrisa, que al ir de prisa, a más de un corazón atrapaba. Allí se encontraba, parada, en un rincón esperando que algún hombre le robe el corazón. Ella se encontraba, en aquel salón, soñando con el hombre que se la lleve sin razón. Era muy soñadora, loca y amable y su comportamiento escapaba a lo razonable. No sabía lo que quería, quería lo que no sabía, sentía lo que no tenía, corría hacia lo que veía. Era rara, era divertida, y con su sonrisa reencontraba en su camino, mil vidas. Nunca llegó a conocer, el poder mágico que inspiraba su ser. Nunca pudo obedecer, aquellas reglas que imponía el ayer. Aún así sonriendo seguía, esperando que se renueve un poco su vida, sonriendo conseguía, alcanzar los objetivos que como meta tenía y con el tiempo aprendió que siempre será difícil alcanzar eso que todos llaman amor. Hoy por hoy, comprendió, que lo que quiere es escaparle al dolor. Hoy por hoy entendió, que quiere ser feliz, bajo algún rayo de este bendito sol.

domingo, 9 de agosto de 2009

Personas especiales













Sobrevivir es cuestión de tiempo, está más que claro que en la vida nos vamos a cruzar con un montón de personas que nos alegren el alma, y nos encandilen con su mirada. Es cierto que nos vamos a sorprender una y otra vez de personas que para nosotros tienen algo que los hace especiales. No importa cuánto trayecto recorras, siempre encontrarás alguna de estas personas en el camino. Y lo que es peor, es que muchas veces te sientas vacío, por verlos a lo lejos en su mundo, lejos del tuyo, y vos, deseando que un día por arte de magia, se pasen por tu vida, al menos para saber qué hay en vos. Los sueños y la realidad se confunden, eso lo comprobé hace poco, hay tan solo un paso, como lo hay del amor al odio. Es fácil sufrir, pero más fácil es rendirse antes de empezar. No estamos ni tan lejos, ni somos tan insignificantes como a veces pensamos que somos, somos mucho más de lo que pensamos, pero todo, depende de nuestra actitud, de nuestras ganas, de nuestro esfuerzo. Mil y un veces vas a sentir que no se puede seguir más, o que poco a poco seguís en tu propia soledad, y es ahí donde nace la fuerza del corazón, para salir adelante y seguir. No nos hace falta que nos digan cuánto nos quieren, nos hace falta que alguien nos diga la pura verdad sin importar las consecuencias.