Tu sonrisa como el mar, tan difícil de robar, me recuerda a aquel primer abrazo que te di sin pensar. Aprendí a valorarte, a entenderte y a quererte por demás y le agradezco al destino que contigo me hizo encontrar. Aprecio los momentos que con vos puedo pasar, cada día los disfruto más, aprecio esa risa tuya que le da misterio a nuestro andar, y tengo como única certeza que en tus ojos puedo encontrar, aquello que en otro lado no encuentro, y que es mi tan preciada paz.
viernes, 19 de noviembre de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario